La autenticidad y la vulnerabilidad son pilares esenciales para construir una vida plena y conectada. Ser auténtico implica vivir alineado con tus valores y mostrarte tal como eres, mientras que la vulnerabilidad fomenta relaciones más profundas al aceptar y compartir tus emociones. Ambas cualidades no son signos de debilidad, sino de coraje y humanidad.
